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Maruata, Michoacán: un pedacito de paraíso al cual siempre querré volver.

  • Foto del escritor: Nancy Hernández
    Nancy Hernández
  • 5 oct 2019
  • 8 Min. de lectura

Actualizado: 5 abr 2022


*Actualizado.


Desde hace varios años escuchaba las historias de amigos que contaban sus experiencias en esta playa. Unos cuentan las divertidas raves, o los días de semana santa (que, estoy casi segura, son la locura en todas las playas mexicanas), otros cuentan que vivieron inseguridad en ella; y yo solo puedo decir que es un lugar sin igual.



En lo personal prefiero una playa rústica, con lo indispensable; poder desconectarme de la rutina y de la falsa sociedad, para darle paso a un tiempo de descanso, reflexión y conexión con la naturaleza.



En la playa de Maruata en Michoacán, no encontrarás una gran infraestructura, no hay bares ni enormes hoteles 5 estrellas. Lo que encontrarás serán unos paisajes increíbles en toda dirección a la que dirijas tu mirada, la caricia de una brisa deliciosa y constante, los atardeceres más bonitos que mis ojos han contemplado, las noches más estrelladas, olas imponentes que moldean a su antojo las formaciones rocosas que caprichosamente se distribuyen a lo largo del lugar, y la paz que irradia el encontrarte en esta playa solitaria y hermosa.



Fue en enero del 2017 cuando conocí Maruata. Lo primero que hicimos fue preparar el lugar donde pasaríamos la noche. La mayoría de los visitantes eligen el camping. A lo largo de las 3 bahías que conforman la playa de Maruata, los lugareños tienen palapas, que rentan a precios razonables que van desde los $50 a los $150 por persona con derecho a baños y regaderas; mi recomendación es acampar justo frente al Dedo de Dios, pues, para mi gusto, es la bahía más bonita, cuenta con la palapa más “tupidita” y está al lado de servicios de cabañas, de comida y tienda.


Y es que al acampar en la bahía grande, aunque tienes de ventaja el estar más cerca del pueblo y de otros servicios, siguen siendo, para mi gusto, los lugares más rústicos y hasta un poco sucios.


camping frente "el dedo de Dios"

Las cabañas San José, con don Nicanor, que son las de este lugar, fueron mi elección esa ocasión. Los costos varían según su capacidad y temporada y van desde los $600 a $1,300. Cuentan con lo justo: camas limpias, baño completo (con sus muebles, pisos y azulejos) y con agua caliente, ventilador y una mesa.


Él también es dueño de otras cabañas que están en el pueblo, a 1 cuadra de la playa y 2 cuadras del centro; igualmente bien equipadas.


Esto ha hecho que prefiera hospedarme con don Nicanor cada que vuelvo.


Me da enorme alegría cómo él, así como todo el pueblo, van creciendo y mejorando en temas de turismo. Cada vez es más popular este sitio, por lo que me era justo y necesario. Mediante comunicación por WhatsApp, (sí, ya tienen conexión a internet) Herlinda nos ofrece la información y método de pago de reserva. ¡Reserva! Facilitando mucho mi servicio cuando llego con grupos.


Y bueno, regresando a hablar de su propiedad junto a la playa, ofrecen también ahí servicio de restaurante. Los costos de la comida en su palapa son los promedios: desayunos $60-$150 con variedad como chilaquiles, huevos, quesadillas, hot cakes; y comidas por $100- $300 y entre los platillos a elegir hay camarones, pescado, y hasta langosta.


Lo bueno: la comida es casera, fresca, preparada al momento. Lo malo: tardan muchísimo en entregarte el platillo, ya que se preparan uno a uno y al instante. Pero en serio muchísimo; no te desesperes si pasan 2 horas (o más, dependiendo la demanda) antes de saciar tu hambre.


Y así es en cualquier otro establecimiento de comida, por lo que lo recomendable son dos cosas:

Viajar preparado. Si llevas contigo los atunes, tostadas, maruchan, galletas, etc., sobrevives y ahorras. Piensa hasta en la posibilidad de llevar hielera, y un asador; preparar una carnita, o un pescado a pie de playa es una magnifica opción. Ordena tu comida aunque no tengas hambre, pues para cuando llegue, también tu platillo por fin lo hará. Despiertas y vas y ordenas tu desayuno, mientras das una caminata, o te duchas. Por la tarde ordenas desde la 1pm y así alrededor de las 3pm ya estarás entrándole con ganas.


Como dato extra: en la bahía "de en medio" hay una palapa con una pequeña panadería, ¡donde preparan pizza!


Segunda bahía. O bahía de en medio

Creo que en esa fecha (enero) pude contemplar el mar en su máximo esplendor. Sus aguas tenían diversas tonalidades azules, ¡bellísimo!



El clima era excelente, el oleaje era tranquilo; pude nadar en todas las bahías, incluso de noche.


Tomamos un tour con los lancheros, quienes nos llevaron a conocer la playa de Careyitos, perfecta para actividades como el snorquel y su arena dorada me enamoró.


Playa Careyitos

También a los prometidos jacuzzi, que son unas pequeñas albercas naturales, formadas por rocas, y en ellas te sientes dentro de una pecera, con muchos pequeños amiguitos multicolor. También pudimos ver a lo lejos a las ballenas en su travesía. En definitiva es una actividad que vale la pena. Junta tu grupo de mínimo 10 personas, para que te mejoren el precio por el servicio. Este oscila los $100 por persona.



El ritual de Marihuata... ejeem ¡Perdón! de Maruata, es subir al cerro que rodea a esa famosa roca llamada Dedo de Dios; no tiene pierde, hay senderos ya marcados por el paso de los turistas; buscar el lugar alto y perfecto, sentarse a contemplarlo, y a la inmensidad del horizonte, para apreciar desde ahí el bello atardecer.



Lo curioso de hacer esto en ésta fecha fue ver esconderse el Sol en el extremo derecho, a la orilla de mi visibilidad del mar, cerca de los cerros; para que al subir nuevamente al día siguiente en busca de la salida del Sol al amanecer, me topara con la sorpresa de ver salir al astro del lado totalmente opuesto y a la misma dirección; o sea, salió del mar nuevamente, solo de la orilla izquierda. Definitivamente esta playa tiene cierta inclinación hacia el sur. Yo nunca lo había visto, perdonen mi emoción.


Dedo de Dios

Como consejo, no pierdas la oportunidad de despertar temprano y subir a este "cerro" que colinda con el mar para recibir al Sol. Encuentras (muchas menos) personas, te recargas de energía e inicias el día con gran serenidad y alegría.




También nos topamos con la sorpresa de que habían fiestas en el pueblo. En la pequeña plaza había diversos puestos de comida y juegos mecánicos. La población estaba despreocupada y embriagada. Fue un buen fin de semana, por ahí del 21 y 22 de enero, por si gustan tomar dato y visitarla en esas fechas.


Para un plan en pareja, o entre amigos; para los amantes de aventuras y mochileros; para todos aquellos que busquen tranquilidad y para los que saben aprovechar al máximo cada destino turístico.

Si no conoces Maruata, Michoacán, no lo dudes más y descúbrela; cualquier época del año es buena. Si ya lo conoces, coincidirás conmigo en que vale la pena volver, siempre.



La segunda vez que fui a dicha playa, fue por el mes de mayo. El calor había hecho de las suyas haciendo que el paisaje se volviera seco, y que la temperatura del agua fuera más baja. El oleaje era un tanto más fuerte.


¡Ojo! En Maruata el mar es abierto, por lo que siempre debes nadar con mucha precaución. Han sido muchas las muertes, y ya hasta me tocó presenciar cómo el que de repente la marea cambie, y arrastre a personas.



Lo padre y curioso de esta playa es que a pesar de la fecha y el calor, siempre hay algo de viento refrescante, lo cual se agradece muchísimo. Además, nunca he tenido problemas con temas de zancudos o similares.



No hay nada mejor que degustar un coco fresco acostado en una hamaca bajo una palapa, con el sonido de las olas rompiendo de fondo.


Volví a Maruata por tercera vez a finales del mes de septiembre, ahora con otras intenciones: vivir la experiencia de apreciación del desove de tortugas.

Nos hospedamos en esa ocasión en el Centro Ecoturístico Ayult. Este lugar es muy recomendable ya que cuenta con la mejor vista, sus instalaciones son cómodas y bonitas.



Tienen servicio de cabañas y comida; los precios son muy similares a los antes mencionados.



Como saben, el clima en esos meses del año es lluvioso; y en las playas michoacanas no fue la excepción.


Encontré a Maruata con mayor vida en su vegetación, el río con más corriente en su cause. También con un oleaje un tanto más bravo. Ese oleaje nos impidió volver a los "jacuzzi", ya que para llegar a ellos, se pasa entre las demás rocas y es estrecho el espacio para maniobrar la lancha, es difícil tener control con esa marea.



Durante la noche, madrugada y mañanas, las lluvias fueron fuertes.



Y por las tardes el clima era mucho más rico y hasta el agua del mar tenia una temperatura bastante agradable. Los causes del río se extendieron, llevaba mucha agua dulce culminando en el mar. Todo el paisaje era verde y basto.



El señor Raúl García Miranda, presidente del comité de socios propietarios del lugar, nos recibió y personalmente, también, nos acompañó por la noche a la vecina playa de Colola; visitamos el Campamento Tortuguero, siendo el lugar, la capital mundial de la tortuga negra.


Al llegar al campamento después de una cooperación de $35, se nos pasó a las instalaciones y se dio una explicación con apoyo de proyección de unos videos; después dimos el recorrido nocturno a lo largo de la playa, en donde apreciamos el arribo de tortugas Negra y Golfina (principalmente), observamos el desove, recolectamos los huevos y los llevamos al vivero.


Esa noche fue toda una aventura, pues estando en la recolección, y ya lejos del campamento en medio de la playa, nos sorprendió nuevamente la tormenta y caminamos en la oscuridad, con unos vientos huracanados y viendo sobre el mar unos relámpagos de miedo. Pero a la vez sintiéndonos seguros por estar acompañados de locales, dedicados a esta práctica.


Según Raúl, en 45 días estarán liberándose al mar, las tortugas que recolectamos ese día.


Esta es otra actividad que indudablemente debemos vivir alguna vez, y ésta es la temporada indicada para hacerlo.

En la playa de Ixtapilla, también cercana a Maruata, se tiene otro campamento con las mismas actividades.


A la mañana siguiente, muy temprano, al despertar en el Centro Ecoturístico y bajar a la playa, encontramos varias tortugas que ya habían depositado sus huevos en la playa maruatense, y que iban de regreso al mar. Lo triste de esto fue ver que lugareños los desenterraron y llevaron, quién sabe con que fin. Así que aprovecho para hacer hincapié en la importancia de la conservación de la especie y el respeto a la vida de la misma.


Hospedarse en este centro ecoturístico es muy recomendable, pero en desventaja le encuentro 2 cosas:

No respeta reservas. Aunque le insistí mediante WhatsApp me enviara cuenta para hacer pago, Raúl aseguró mi reserva "de palabra", pero al llegar junto con grupo, encontramos la disponibilidad agotada, y ni siquiera una disculpa por el inconveniente.

Tener que estar subiendo vaaarias escaleras. Las vistas son de lo mejor, insisto. Hay varios miradores incluso, y salen fotos preciosas también; pero vamos a disfrutar de la playa, y tener que estar subiendo y bajando escaleras para acceder al baño, por pertenencias, o la habitación se vuelve un poco tedioso.



Otra fecha en que he tenido oportunidad de visita a Maruata, es para el puente de marzo. En verdad Maruata nunca dejará de maravillarme: todo fue fiesta y diversión, incluso nos amanecimos con una fogata y música, y apenas el cielo comenzaba a tornarse más claro cuando notamos algo raro a unos metros de distancia de donde nos encontrábamos. Eran decenas de pequeñas tortugas brotando de la arena y "corriendo" al mar. Encantados nos apresuramos a cuidarlas y apoyarlas en su trayecto. Fue mágico.


La inigualable paz que me irradia este lugar

Mi más reciente visita fue nuevamente en puente de marzo, ahora en este 2022, donde vamos restableciéndonos de los estragos (hablando meramente del tema del turismo) que dejó la pandemia.


Llegamos el día de la mera fiesta, la celebración del pueblo en honor a su patrono "San José", el 19 de marzo. Habían muuuchos puestos, entre artesanías, souvenirs, antojitos, ropa y artículos de playa. NUNCA me había tocado ver todo eso. También hubo procesión con la imagen de San José, por tierra y en lancha por mar.


Éramos, además, muchos los visitantes de diversos lugares del país.

Las 3 bahías lucían llenas de casas de campaña. Se hacía fila para tomarse una foto con el Dedo de Dios de fondo. La temperatura del agua era fría, pero el calor nos invitaba a refrescarnos saltando las olas.

Por la noche había mucha música en vivo, tanto del pueblo y su fiesta, como de las diversas organizadas por los diferentes excursionistas.


La pasamos muy bien. Pero, aunque solo así, en puente vacacional, es como se disfruta el hecho de estar ahí más noches y días, no me gusta que se pierda el encanto de la solitaria y pacífica playa. Creo que es unas por otras. Y depende del plan con el que salgas de trip.

Ya me imagino la locura en semana santa o fin de año. Paso JAJAJA


Solo una cosa es indiscutible, y que lleva de título este blog:

Maruata, Michoacán es un pedacito de paraíso al cual siempre querré volver.




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