Lo de siempre: no tengo que ponerme.
- Nancy Hernández
- 27 may 2022
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 14 jun 2023
Sí somos, todas; hasta las que como yo, somos fachosas y despreocupadas.
Y es que, desde mi punto de vista, todo parte de cuáles serán nuestras actividades en el día.
El motivo por el cual elegimos un outfit no es por quién nos vea, no es a quién voy a impresionar o las bocas que debo callar, o por lo menos no debería serlo.
Y aunque suene a cliché, es real que el hecho de ponerte más guapa y salir a brillar es por ti y para ti. Cuando lo haces por obligación se vuelve pretensión, además de que resulta cansado y tedioso; en cambio, si viene desde el autoestima y autocuidado, se proyecta y se disfruta.

Lo triste del asunto es saber que a estas alturas de la sociedad, nuestra realidad nos obliga todavía a pensar qué usar dependiendo de las actividades que realicemos, y desgraciadamente, de las cosas que conllevan, como por ejemplo, por el hecho de la imagen que "debemos proyectar", y peor aún, por "seguridad".
Pero ese es otro tema que no tocaré ahora, pues me puede mucho y además me extendería bastante en dilemas que no van en precisamente en este post.
Mejor me concentraré en compartir lo que me funciona a la hora de decidirme cuando pienso que no tengo nada qué ponerme.
Pero antes de eso, porque primero es lo primero, te pido que seas honesta contigo, que te hagas un favor y te des espacio para darle una buena ordenada a tu closet.
Porque todas acumulamos cosas que nos gustan mucho, pero que en realidad no usamos, ya sea porque son costosas, porque tienen valor sentimental, porque "antes me quedaban y para cuando ya me queden otra vez", porque nomás le falta este botón... etc.

¡Despréndete, chica! Te lo digo yo, que soy la más sentimental y apegada, la que guarda la carta que le regalaron, la pulsera que le compraron, la blusa que le recuerda aquel viaje, que no tira esos zapatos feos porque aún están cómodos.
Pon música, deja que entre el aire a tu habitación y haz de esta tarea un modelaje. Pruébate cada una de tus prendas, siéntelas y también mírate al espejo. Checa todos tus ángulos, siéntete tú cuando ves esa imagen reflejada en el vidrio.

Ordena de nuevo en su cajón todo aquello que te hace bien, y separa lo demás.
Sin miedo: a la basura todo lo que ya no sirve, a reparar (pero en serio) todo aquello que tiene esperanza, mira que no estamos para andar provocando tanto desecho, y a donación todo aquello que honestamente ya no te queda o ni te pones.
Estoy segura de que tienes cosas en tan buen estado, pero que de plano no usas, que incluso las puedes vender y recuperar unos pesitos.
No es tan difícil, además te prometo que ayuda mover las energías.
Hazlo, y más cuando sientes que tal pieza ya no va contigo, ya sea porque tu cuerpo cambió o porque tus gustos cambiaron, cosas que son totalmente naturales, normales y cotidianas.
Que ese sea un primer paso para definir si en realidad te hacen falta piezas, y dejemos de tener compras compulsivas y acumulaciones innecesarias.
No me voy a meter con tu estilo, porque eso es tan personal y tan variable que incluso puede ser indefinido Y NO ESTÁ MAL. Cuélgate el molcajete si es lo que te gusta, o bien, sé totalmente minimalista, si es lo que te da paz y sientes bien.

Y ahora sí ¿Qué me pongo?
Para eso, analizo algunos puntos:
El clima
Porque casi 30, lo primero que analizo es el clima actual, ya que no quiero estar sufriendo con ese tema JAJAJA. Así que fresquita porque en Guadalajara predomina el calor, y en las temporadas que se requiere, prefiero ir preparada en el caso de frío o lluvias, pero llevar la ropa por capas por si no es tanto.
El mood.
Hasta en nuestro outfit se refleja nuestro estado de ánimo. Y es que hay ocasiones en las que quieres brillar, pero otras prefieres pasar más desapercibida. También hay ocasiones en las que te sientes bajoneada, por lo que no te interesa arreglarte, pero también pasa que precisamente por el bajoneo, le metes producción a la imagen para que esta te ayude a reanimarte. Así que me pregunto: ¿mí misma, hoy en qué mood andamos?
Las actividades
¿Hay dress code en el lugar en que estaré? ¿Voy a caminar mucho? ¿Estaré sentadita, o estaré bailando, o de arriba a abajo? ¿Estaré mucho tiempo expuesta a el Sol? ¿Regreso tarde a casa? ¿Cómo será el regreso a casa hoy?
Éstas dos últimas preguntas obvio me gustaría no tener que hacérmelas, pero...
Inspiración
Algo que ayuda muchísimo a la hora de no saber elegir qué usar, es tener inspiración: revistas, blogs, o ¡Pinterest!
Soy esa chica que tiene sus tableros guardados JAJAJA
Es más, los comparto: https://pin.it/1k0e8xS
Y está chido intentar recrear con las cosas o colores que tienes cuando de plano no sabes por dónde comenzar.
Otro tip es que (si puedes) organices el ofni con la mayor anticipación posible, porque las presiones del último momento son las que abruman. Antes de irte a dormir trata tener listo todo lo que usarás al día siguiente.
Y por último creo que el consejo más importante y valioso será siempre el preferir calidad ante cantidad. Por muchísimas razones.
Entre ellas, por economía. Porque costoso no es igual a calidad. Porque con cantidad no es la única manera de conseguir diversidad. Así que no hay nada mejor que valerte de básicos del closet, de prendas atemporales, y de experimentar y reinventarte con lo que ya tienes a tu alcance.
Estos consejos te doy y a la vez me los doy al escribir y releerme, porque todavía constantemente pienso que no tengo nada que ponerme.

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