Huasteca Potosina: maravillosa por naturaleza
- Nancy Hernández
- 23 oct 2019
- 14 Min. de lectura
Actualizado: 5 abr 2022
Actualizado*
He visitado algunos de los destinos dentro de la Huasteca Potosina en ya cuatro ocasiones, modos y temporadas diferentes, y les contaré mi experiencia de manera muy personal y con los pros y contras de cada uno.
Cabe mencionar que la mejor opción para pasar las noches es hospedándote en alguno de los hoteles que se encuentran en Ciudad Valles. Es la mejor ciudad para pernoctar, pues se encuentra en el punto medio de las distancias a los muchos destinos que puedes visitar. Los hay a diferentes precios según tu presupuesto; y la verdad hay varios muy económicos y suficientes.
Y es que el clima en tierras potosinas es muy cambiante y extremo; además, como harás muchas actividades y recorrerás largas distancias, descansar en una cama será tu deseo.
Mis primeros 3 viajes los había realizado quedándonos en camping. También es buena opción si lo que buscas es economizar y tener aún más contacto con la naturaleza.
La primera vez, acampamos en “Tamasopo Área de Camping Río La Toma”
Lo recomiendo pues el área de camping está a la orilla del lindo río, Don Rodolfo es muy buen anfitrión y tiene también algunas habitaciones.
Mi segunda y tercera visita, las realicé acampando en “Finca San Isidro”, donde también tuvimos estancias agradables, pues las instalaciones son cómodas, con una excelente ubicación, cuenta con todos los servicios y Héctor Bustos siempre está al pendiente de nosotros.
Consejos para tu visita a la Huasteca Potosina:
Son imprescindibles los productos como zapatos acuáticos, funda protectora para celular o cámara acuática, repelente de insectos y protector solar biodegradable. Si no los llevas contigo no te preocupes, pues al ser un sitio ya muy visitado, encuentras lo necesario en muchos lugares ya en SLP.
No es indispensable saber nadar, pues ya es obligatorio usar chaleco salvavidas en todos los destinos. Aunque sepas nadar, debes saber que es Protección Civil quien implementa las reglas y que lo que te pueda llegar a suceder es únicamente tu responsabilidad.
Viaja ligero, con ropa fresca para los días y con una chamarrita por si te tocara una lluvia o noche fría como las que de repente se suscitan en SLP.
Prueba la comida local y déjate aconsejar por los amables lugareños. Dependiendo la capacidad de tu transporte, el costo del estacionamiento será diferente. Aunque al viajar por cuenta propia ahorras, siempre recomendaré las excursiones, pues te despreocupas y al ser destinos lejanos y de mucha actividad, podrás descansar en los trayectos.
La señal telefónica no llega a ciertos lugares, aunque poco a poco son más los sitios en los que por lo menos puedes rentar tiempo de conexión Wi-fi.
De ser posible, no visites la Huasteca Potosina en puentes o periodos vacacionales regulares, pues como ya es bien sabido, el turismo nacional y extranjero aprovecha estas fechas para viajar y créeme que no es nada agradable cuando tienes que esperar por horas para acceder a un sitio, rodearte de muchas personas o hasta que te nieguen el acceso en ciertos lugares porque la capacidad de personas ha sido rebasada. Sí, esto es una realidad.
En varios sitios, debido a la pandemia, hay restricciones en los artículos que puedas llevar contigo, horarios y números de visitantes por día, por lo que es importante revisar estos en páginas oficiales.
Son muchos los guías locales que ofrecen sus servicios, por lo que no dudes apoyarlos y de paso vivir tu experiencia al máximo.
Evita visitar la Huasteca Potosina en temporada regular de lluvias, pues los niveles y corrientes llegan a tal grado que no puedes disfrutar de sus aguas y solo puedes acceder para observación de los sitios. Además, el agua puede estar “revolcada” y no disfrutarás de los colores turquesa característicos de estos ríos. Mejor, visita entre los meses de noviembre-junio.
Siempre recalcaré el nunca olvidar el cuidado y respeto a la flora y fauna de cada lugar.
Te compartiré en tres partes un itinerario de 3 días, con los que podrás recorrer varias de las maravillas que la Huasteca Potosina nos ofrece:
DÍA 1. CASCADAS DE TAMASOPO, PUENTE DE DIOS Y CASCADAS DE MICOS.
Cuando realicé mi primer viaje a la Huasteca, mis últimos destinos fueron el Puente de Dios y las Cascadas de Tamasopo, encontrando estas últimas, como un balneario lleno. No las disfruté, por lo que en mis siguientes visitas las puse como primer destino en mi itinerario haciéndolo para mí y los grupos que me acompañaron, más ameno.
Si sales desde Guadalajara, en coche, harás aproximadamente 6 horas de camino; pero como nosotros, que vamos en excursión, hacemos la salida a las 12 am y sumando las paradas en el camino, harás alrededor de 7 horas y al viajar de noche encontrarás menos tráfico. Por lo que llegarás a buena hora para desayunar en alguna fonda que encuentras sobre la carretera o en el centro de Tamasopo.

La entrada a las Cascadas de Tamasopo costaba $50.00 p/p. Ahora son $100.00 p/p y con el previo pago vía internet aseguras tu estancia, pues hay límites de visitantes por día.
Toda la info está en su página web.
Dentro del terreno encuentras restaurantes, cafetería, tienda de artesanías y baños. También el servicio de renta de chalecos salvavidas, que se han vuelto obligatorios para todos los destinos. Aquí debes dejar una INE o licencia de conducir, de lo contrario, dejar un depósito de $200.00 que se te devolverán al entregar los chalecos.

Para mi parecer, este es el lugar “menos impresionante”, y aún así, es cautivante el color y limpieza del agua que cae por las 3 principales cascadas, que seguramente has visto en muchas fotos, y que corre por ríos que se alargan por el sitio y que cuentan con diferentes profundidades, permitiendo que los peques puedan darse un chapuzón, y los más aventureros, se lancen clavados desde las plataformas y también de la soga que cuelga de un árbol.

En mi primera visita, me perdí de una buena vista, pues me contaron mis compañeros de viaje, ya cuando estábamos de regreso a Guadalajara, que podías subir a las cascadas principales. En la segunda visita lo hice. Cabe mencionar que, al llegar temprano, encuentras el sitio prácticamente solo para ti. Además, el clima es de lo mejor y yo no puedo resistirme a sumergirme en cristalinas aguas, y justo aquí, arriba de las cascadas principales, se formaba una alberca natural de muy buena profundidad y casi nula corriente; y como ya lo dije, la vista era excelente. Pero en mi tercera visita, me topé con que habían instalado una puerta, anulando el paso. Según esto, esa propiedad es privada, y el propietario cobra por acceder por otra entrada solo hasta ahí. Quien sabe, pero fue total desilusión no poder subir nuevamente.

Continuamos con el Puente de Dios, que está a escasos 15 minutos de distancia. Fuera del sitio encuentras comida, bebida, artesanías, chalecos salvavidas para la renta, etc.; atravesarás las vías del tren y encuentras la entrada. El precio inicial era de $40.00 p/p, ahora el acceso ronda los $80.00 p/p.
Deberás bajar por muchas escaleras para encontrarte con la poza principal, llamada Poza Azul. Hermosa. No conozco Yucatán y sus cenotes, pero me imagino que se asemejan. Ahí hay unos “lockers” donde puedes dejar tus pertenencias, aunque no cuentan con puerta, sino que una persona está encargada de cuidarlas por una propina.

A este lugar se le conoce de esta forma pues, solamente la divinidad podría hacer tal maravilla. Debajo del “puente” la formación cavernosa es espectacular, además, con la entrada de la luz del sol por entre las rocas, hacen que el agua cristalina tome una tonalidad azul cielo, tal cual una alberca iluminada artificialmente. Los que ya conocen el sitio no me dejarán mentir que no exagero al presumir su belleza. Es de mis lugares favoritos.

Cuando lo visité por vez primera, casi no había personas, así que pude quitarme el chaleco salvavidas y sumergirme hasta lo que la presión en mis oídos me permitió. Es de lo más lindo nadar junto a pececillos naturalmente iluminados; pero como mi segunda visita fue en temporada alta (semana de Pascua), ahí solamente pude “pasar” de un lado a otro, pues la gente era demasiada y no podías quedarte quieto pues “estorbabas”.
Y el río continúa. Además, hay guías locales que en su servicio te ofrecen fotografía, compañía, apoyo y consejos para lanzarte al agua desde diferentes alturas y sitios y exploración de los alrededores por lugares de no tan fácil acceso. Fue hasta mi cuarta visita cuando convencí al grupo de hacerlo. Te adentras por 2 "túneles", y la experiencia se vuelve extrema.
El lanzarme a las frías aguas saltando de diferentes alturas es de mis actividades favoritas. Ahí encuentras un sitio para aventarte hasta de 6 metros de altura. En Puente de Dios hay mucha más fuerza en la corriente del río, por lo que debes apoyarte de las sogas que están amarradas en diferentes direcciones sobre el agua.

Y el tercer destino del día son las Cascadas de Micos. Aquí la entrada costaba $30.00 p/p. Ahora $100.00 p/p Dentro hay puestos de comida, botanas y artesanías. También el nivel del río no es muy profundo, por lo que ves a niños jugando en el agua. Adentrándote te topas al fondo de la visibilidad con la última cascada.

Aquí entre las actividades a realizar está la renta de lancha y remar alrededor del lugar, las atracciones de Adventure Land, con circuitos de tirolesas, puente colgante y SkyBike (actividades que me faltan por realizar y espero pronto tenga la oportunidad de volver por ello), y el tomar un guía por grupo, para saltar de las 7 cascadas que conforman este sitio. El costo de esta última actividad es de $250.00 p/p e incluye protección y fotografías.



En verdad te aconsejo que inviertas en alguna de estas experiencias, pues si no realizas ninguna, el lugar te parecerá muy simple, casi sin chiste; en cambio, cada una de ellas te muestran el sitio de distintos ángulos y llevan tu nivel aventurero y adrenalina de leve a extremo.

Como este primer día está lleno de actividades y mucha agua, siempre, antes de partir, llevo conmigo una toalla y un cambio de ropa en una mochila pequeña, esa que es super guerrera pues no me importa si se moja o ensucia; además, llevo debajo ya el traje de baño puesto y ni me quito los zapatos acuáticos.
En cambio, el día 2, lo dejo para algo mucho más relajado, sólo de caminata, exploración y observación; luciendo linda, cómoda y fresca.
DÍA 2: JARDÍN SURREALISTA DE EDWARD JAMES, XILITLA Y SÓTANO DE LAS GOLONDRINAS.
Me gusta levantarme temprano por la mañana, para aprovechar al máximo los días de estancia; además, en el camino encuentras dónde alimentarte. Sueles toparte por muchos lugares las gorditas rellenas, tacos con tortilla de harina, el tradicional zacahuil (uno de los platillos más representativos de la zona) y más, para desayunar.
Así llegarás listo y a muy buena hora para disfrutar del primer destino del día. Es de los más populares y místicos de la región. Hablamos del Jardín Surrealista de Edward James.

El acceso tenía un costo de $70 p/p y sin reingreso, pero la estancia era libre. Las filas para el acceso eran interminables. Podría tomarte hasta 3 horas el poder ingresar a las instalaciones.
Ahora para acceder debes registrarte mediante la selección de horario y el pago electrónico previo de $125.00 p/p. La visita se realiza únicamente con el acompañamiento de guía en grupos menores a 25 personas, y pagas $25.00 p/p (obligatorios) en efectivo antes de iniciar el recorrido. La info la encuentras en su sitio web.

Como antes no era obligatorio el visitar el sitio acompañado de guía y su explicación, en los grupos llegué a tener personas que NO les gustaba el lugar.
Sinceramente no sé qué esperaban, pero no saben lo cool y místico que en realidad es.

Por eso, siempre antes de ingresar les señalaba el imaginarse el lugar en aquella época, para así entender el motivo e importancia de éste.
Allá por los años 50, el poeta y escultor británico Edward James, después de viajar por todo el mundo y recorrer varias regiones de nuestro país, hasta toparse con la increíble belleza exótica del cafetalero pueblo mágico de Xilitla, se bañaba en el agua de Las Pozas, cuando -según cuentan-, al salir del agua, docenas de mariposas de diversos colores, se posaron a beber de su cuerpo, y tomó esa escena como la señal que pedía para establecer su edificación.
Cuenta con 40 hectáreas de territorio en total, de las cuales, 16 hectáreas están constituidas con 36 esculturas de concreto que tuvieron un costo aproximado de 5 millones de dólares.

Les cuento algo que no debería, pero en mi primer visita, fuimos más allá de las cintas amarillas de prohibición encontrando un lugar único. Se trata de una especie de sarcófago donde James tenía una cama de concreto ergonómica a su cuerpo, al aire libre y a nivel de piso, y aquí aprovechaba momentos para meditar (y volar jeje) rodeado de velas.


Este no era el hogar fijo del señor James, sino que vacacionaba o estaba aquí por periodos indeterminados. Tenia especies animales muy exóticas, había jaulas para su conservación, además, de sus preciadas orquídeas, que perdió alguna vez cuando cayó una helada en el pueblo, allá por el año de 1962, por lo que también, entre sus esculturas, hay representaciones de flores y plantas.


El millonario y excéntrico señor, se paseaba por su “jardín del Edén”, llevando túnica blanca y una larga barba ya de ese color. Otras veces lo hacía desnudo. Mandó poner también una costosa iluminaria. Tenía trabajadores domésticos, cuidadores para sus animales y personas dedicadas a la construcción de esas esculturas que, mediante bocetos creados desde su imaginación, mandaba crear e instalar en su preciado jardín.

Entre los habitantes del pueblo era conocido como el “gringo loco”, y no permitía la entrada a ninguna persona. El señor Edward quería morir en este sitio y, que, con el paso del tiempo, las construcciones se vinieran abajo, pues, ese era el motivo por el cual, las construcciones no eran resistentes y estaban hechas a base de cemento, para que, como él decía, la naturaleza se encargara de reclamar su territorio.
Que curioso, ¿no?, darnos cuenta que ahora, viajan cientos de personas de todo el mundo para poder visitar su creación, maravillándose con la misma.
Dar una caminata por todo el territorio es todo un viaje. Hay pasadizos, escaleras que se elevan a la nada, ventanas que de vista tienen una pared (¿?), columnas que tienen la base arriba, o sea, que tienen su forma al revés, bambús, orquídeas, puertas… y todos ellos, cada vez más abrazados por la vegetación.

Entre los pros y contras están el que, como cada vez se deterioran más las esculturas, hay ya edificaciones en las que no se puede acercar tanto, ni “trepar” como en un inicio se hacía, como por ejemplo, mi favorita: el “palacio de los bambúes” el cual, en mi primera visita, pude subir libremente, en la segunda, solo de 4 personas a la vez, y en mi tercera, ya estaba prohibido el acceso. Pero, eso sí, la visita controlada y guiada hace que conozcas todo, aprendas, eches a volar la imaginación y te cautive más todo.




El clima es sumamente húmedo, sofocante y caluroso a la vez.
Antes era posible bañarte en las pozas. Me siento afortunada de haber hecho cosas que actualmente no se pueden.

Dentro existía un pequeño restaurante con alimentos deliciosos, pero, a mi parecer, con un menú de poca variedad y costoso. Hay un par de restaurantes fuera del sitio que cumplen con el propósito de saciar tu hambre, pero que tampoco me parecen de lo mejor.
A solo 15 minutos de distancia se encuentra el centro de Xilitla, Pueblo Mágico. Puedes ver la “Posada El Castillo”, la cual fuera también hogar del señor James que ahora funge como museo-hotel.
En mi última y cuarta visita post pandemia, llegué con el grupo a desayunar tranquilamente a este pueblo. Encontramos un lugar excelente para hacerlo. Contaba con un patio trasero con magnífica vista, además todo estaba delicioso. Es "Querreque" y se encuentra al costado de la parroquia.
Y continuamos el viaje partiendo al poblado de Aquismón, al oriente del estado, rumbo a una de las 13 maravillas naturales de México, el Sótano de las Golondrinas, declarado área natural protegida desde el 2001. La entrada costaba $30.00 p/p. Ahora $100.00 p/p.
Este lugar fue formado por la erosión del agua durante millones de años en el suelo calizo. Su abertura tiene un diámetro aproximado de 60 metros, con unos 512 metros de profundidad y con un diámetro en el fondo de casi 300 metros. Es el sexto abismo subterráneo más profundo del mundo. Este lugar no resguarda golondrinas; en realidad, entre las especies que puedes encontrar hay loros, cotorras de cueva, murciélagos y vencejos de cuello blanco, que son las que confunden con golondrinas de las cuales toma de ahí su nombre.

Puedes visitarlo en el amanecer y apreciar la salida de aves o, como yo lo prefiero, arribar al atardecer y contemplar esa especie de ritual que las aves realizan para acceder a la majestuosa cueva. Es cautivante ver la forma y más que nada la velocidad con la que los vencejos entran al “sótano”.
Hay doy puntos de la abertura en donde encuentras personas que por una propina voluntaria y no obligatoria te amarran a una soga, por seguridad, para que puedas acercarte al fondo del abismo y observar hacia su interior, que como lo mencioné, es muy profundo y la visibilidad no te deja ir muy allá.
También, después de la salida de las aves por la mañana, puedes descender en rappel, que he encontrado en oferta desde $2000 hasta $4000, ofreciéndote todo el apoyo, equipo y caminata en el fondo.

Siempre me decían los locales que era mejor visitar el Sótano de las Huahuas.
En la cuarta ocasión convencí al grupo de hacerlo.
Hay niños y guías de la comunidad que por propina voluntaria te acompañan durante el sendero, te platican sobre las especies que encuentras, sobre su comunidad y su lengua.
El camino no es tan pesado como y la afluencia de visitantes es menor. No puedo decir si un sótano es mejor al otro, simplemente hay pros y contras en ambos, por igual. Así que el que decidas visitar, sé que te dejará boquiabierto.
DÍA 3: CASCADA DE TAMUL Y CUEVA DEL AGUA.
Como el plato fuerte queda para el final, quiero mostrarles mi experiencia al visitar la joya de la Huasteca Potosina: la Cascada de Tamul y Cueva del Agua.
Hay que levantarse temprano para partir nuevamente al municipio de Aquismón en busca de la cascada más alta, impresionante y representativa de San Luis Potosí. Cuenta con hasta 300 metros de profundidad y 105 metros de altura y se alimenta de las aguas del Río Gallinas.


Por supuesto, además de su altura, otra característica fascinante del esta cascada y río, es la tonalidad de sus aguas, con un azul turquesa bellísimo.

Y aunque hay diversas formas y ángulos en que puedes apreciarla, como llegar por arriba o por la parte contraria a como nosotros lo hacemos, lo más comercial y recomendable, pues, es para personas de cualquier edad, es llegar remando por el Río Tampaón en las típicas “pangas”, que son unas lanchas de madera largas para un máximo de 26 personas.

Por supuesto, primero desayunamos en un negocio local y preguntamos ahí por Javier, pues ya nos habían recomendado “navegar” con él, y me quedo con una buena experiencia al respecto pues nos apoyó con todo, nos contó diversas anécdotas, nos hizo echar a volar la imaginación al buscarle formas y rostros a las rocas de entre los cerros y jamás nos presionó con tiempos. Nos cobró $150 p/p. Sé que lo puedes encontrar un poco más barato al regatear.
En mi última visita nos acompañó Iván, sobrino de Javier, quien se encarga ahora de continuar el negocio que su tío le dejó ahora que está en los Estados Unidos.
Tu transporte no llegará hasta el “estacionamiento oficial” de las pangas, por lo que tendrás que caminar unos metros hasta él. Se te proporciona chaleco salvavidas y un remo para que todos juntos cooperen en mover la lancha.

Las vistas son grandiosas y el paseo se vuelve mucho más divertido cuando te topas con otra panga por el costado, ya sea rebasándote o topándolas en su regreso, pues, comienzan las “guerras” de agua, que con los mismos remos arrojas. Es por este motivo que te recomiendo no lleves pertenencias en el trayecto, ni siquiera una tolla, pues el contacto con el agua será constante. Basta con llevar tu celular en una funda protectora del agua, y ahí mismo cargar algún billete.
Dependiendo de la velocidad con la que avances, harás un aproximado de 30 minutos en llegar a toparte de frente con tan sonora y bella caída de agua. Te acercarán para que puedas trepar a la famosa piedra donde todos se han tomado su foto, con la cascada de fondo. En ella y otras de alrededor, seguíamos haciendo saltos de altura.
Lo bueno de hacer esta actividad temprano es que no te presionan con más gente llegando al mismo tiempo que tú a ese mismo punto, y también el que el sol no será tan agresivo con tu piel.

Ya de regreso, en cierto punto, el mismo en que de ida, te hacen bajar de la panga y caminar varios metros pues hay un poco más de fuerza en la corriente, nos dejaron lanzarnos al agua (opcional, por supuesto), para que esta misma corriente te ayude a avanzar por el río, rumbo a la Cueva del Agua, un cenote huasteco de agua color azul marino, que cuenta con unos 15 metros de diámetro y 25 metros de profundidad. A las afueras se estacionan las pangas para que bajes y te adentres a este bello lugar.

Está muy bien acondicionado con escaleras, pasamanos y hasta un pequeño puente colgante, justo al pie de la entrada a la formación cavernosa.
No sé por qué algunas personas les molesta el agua de temperatura fría. Y es que como bien lo dije antes, esta temperatura es el mejor antídoto al calor y humedad que predomina la zona huasteca. Amerita nadar por largos ratos, observando las formaciones rocosas y los murciélagos que habitan entre ellas.
Y así cerrarás un fin de semana aventurero e increíble.
Si tú aún no conoces la Huasteca Potosina, no pierdas más tiempo y déjate cautivar por nuestro México; y si ya lo conoces, no dudes en volver y seguir explorando, pues San Luis Potosí tiene mucho más por ofrecer.
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